Escribir canciones: un desahogo necesario

Ciertamente, para mí, las fotografías de las emociones son las canciones. Son un desahogo necesario cuando el interior quiere gritar algo y no basta hablarlo y reflexionarlo.

¿Por qué? Esto me sucedió:

Recuerdo que hace muchos años, quizás a los 13, no encontraba desahogo respecto a mil pensamientos que cruzaban en mi mente. A tanta distancia, ¿qué podría saber un adolescente de la vida?. Sin embargo, la madurez o falta de ella no exime a uno de sentir emociones ante muchas situaciones: hacer nuevos amigos y abandonar amistades, una persona que te gusta, problemas con tus padres o en la escuela, etcétera. Cuando por curiosidad uno toma un instrumento y comienza a aprenderlo, usualmente se empieza por intentar interpretar las canciones de sus artistas favoritos, técnicas musicales entre otras cosas, pero es cierto que en algún punto uno pasa por un desconocido rincón que trata acerca de “ponerle música” a lo que uno piensa y después lo intenta cantar. Creo que a la mayoría nos sucede que no lo logramos en los primeros intentos y decidimos abandonarlo. Encontraba agradable escribir historias en Word que reflejaran lo que pensaba y sentía, siendo yo el narrador, para poder poner en perspectiva mis problemas  como una tercera persona.

Con el pasar de un par de años, generalmente mi desahogo lo descargaba en un blog en Livejournal con el que “competía” con un amigo para ver quién podía escribir más a lo largo de cada semana. Habré estado en mi primer año de universidad cuando esto sucedía y recuerdo que muchas noches regresaba de la escuela y después de hacer mis tareas, abría Livejournal para debatir con algunos seguidores y uno que otro internauta, pensamientos recurrentes o situaciones de la vida cotidiana.

Había dejado por un buen tiempo mis guitarras y muy ocasionalmente las llegaba a usar para pasar el rato; creo que llegaron a pasar cerca de dos años sin que cambiara cuerdas en alguna de ellas. A pesar este desinterés musical, solía ir a conciertos locales de amigos que tenían alguna banda y tocaban covers; siempre es interesante ver cómo interpretan una canción (o te ríes o te asombras).

En alguna clase, apenas conocía a una persona que hasta la fecha es de mis mejores amigos, y hablaba demasiado de su reciente ex novia. Le habían puesto el cuerno y estaba muy dolido, por lo que creo que fue un tema recurrente a lo largo de todo el semestre. En ese momento no sabía qué podría sentirse eso – algún tiempo después lo experimentaría en carne propia – sin embargo me había movido tanto que decidí escribirlo en algún cuaderno mientras tomaba clase y por la noche, llegando a casa, comencé a escribir una canción llamada “Infiel”.

De repente, comenzaron a fluir mejor las notas y cobraban un sentido mayor los párrafos a medida que seguía. Grabé un borrador y se lo mandé a mi amigo. En aquel momento aún existía MSN Messenger y me sentí “orgulloso” de que en su estado pusiera una frase de mi canción. Creo que de cierta forma logré plasmar lo que él sentía y eso me agradó. Habiendo sucedido esto, tenía que seguir haciéndolo para intentar mantener la llama de esa emoción.

En aquel entonces había una niña que me gustaba mucho en la universidad sin embargo yo era invisible para ella. Se sentaba en la jardinera de un árbol con sus compañeros y trataba de memorizar los horarios en que podía verla ahí conforme pasara el semestre. Pensaba… “hey, aquí estoy” esperando que pudieran cruzarse nuestras miradas – “hey, aquí estoy… ¡voltéame a ver!”. La verdad es que esto nunca sucedió. Teníamos algunos amigos en común y preguntaba un poco acerca de ella para intentar hacerme una idea de cómo era. Yo trabajaba en una farmacia medio tiempo en Avenida Santa Úrsula y cuando no habían clientes en el mostrador, sacaba un cuaderno y seguía escribiendo una canción. En algún autobús una tonada se apareció en mi cabeza e intentaba conjugar ésta con lo que sentía respecto a mi frustración. Decidí simplemente llamar “Voltéame a ver” a esa canción. Otro de mis mejores amigos, quien es un baterista muy creativo, me visitó un par de noches y compuso las percusiones de la canción.

Han pasado varios años desde que comencé a escribir y componer en silencio, sin embargo, hoy es momento de compartirlo.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *